UN TRAGO AMARGO
Coco pertenecía a una de las familias más ricas y conocidas de la ciudad, era un joven soberbio, sobrado, prepotente, déspota, pensaba qué todos teníamos que rendirle culto por el simple hecho de llevar un apellido de abolengo y despilfarrar el dinero cómo él lo hacía.. Mi familia no era ni lejanamente como la suya sin embargo tampoco tenía porque sentirme menos bajo ninguna circunstancia, mis padres me enseñaron qué si bien es cierto las jerarquías existen hasta en el cielo(por aquello de los serafines y querubines), son otros aspectos y no los monetarios los qué determinan tu “status social”.
Dentro de los múltiples problemas qué Coco tenía también estaba el de el alcoholismo y la drogadicción. Aún recuerdo su nariz enrojecida y sus profundos ojos azules desorbitados….Era un chico de 25 años que desbarataba su vida con cada paso que daba….
No se como , ni cuando pero un buen día me descubrí siendo su amiga y confidente. En ese entonces yo sostenía una relación que me había costado mucho ( la amistad de mi amiga) y estaba perdidamente enamorada de él no pasaba ni remotamente por mi cabeza dejarlo por nadie….Coco era un hombre ávido de cariño y atención elementos que sin proponérmelo le otorgue ya que iban incluidos en el paquete que yo le ofrecía y qué se llama “amistad”…. Mi novio nunca fue ajeno a esta situación y comprendía qué mi amistad con aquel chico se remitía a una “ayuda” qué me sentía comprometida a dar ( por aquella época yo partencia a un grupo juvenil qué se dedicaba al servicio social apoyando asociaciones civiles, a decir verdad lo mío era más borregada que espíritu de ayuda, sin embargo estaba involucrada y cuando podía ayudaba).A fuerza de insistir e insistir, y de llevarlo en múltiples veces a sesiones de drogadictos anónimos acepto su problema y se decidió a tomar un tratamiento para dejar las drogas….sus padres que tenían la posibilidad, lo llevaron a una clínica de desintoxicación de las más caras del país…él estuvo algunos meses sin dejar de llamarme semanalmente para saber como estaba y contarme cual niño emocionado sus progresos y cómo poco a poco dejaba la asquerosa vida que llevaba, a mi me daba mucha alegría, la satisfacción y el gusto de saber qué estás haciendo algo bien, es tan intenso cómo el remordimiento por saber qué fallaste.
Llego el gran día y Coco regreso…yo estaba en segundo semestre de la carrera y el quería comenzar una nueva vida y eso incluía, terminar su preparatoria en un sistema abierto para después continuar con una licenciatura…No sabía por dónde comenzar así qué me pidió ayuda para “retomar” el estudio y yo accedí….en realidad era sumamente inteligente era cuestión de una mínima ayuda y listo. Una vez que logro su cometido y qué estaba más o menos encaminado, por requerimientos de mi noviazgo me fui alejando poco a poco de él, evidentemente lo resintió y no demoro en reclamarme mi distanciamiento .Él alegaba que se había enamorado de mi y yo pensaba( y sigo pensando) qué al ser yo la única persona qué le daba atención y cariño me estaba tomando como tabla de salvación y lo suyo no tenía nada que ver con el amor de un hombre a una mujer…ese día en qué discutimos me dijo que dejará a mi novio y qué nos fuéramos juntos , qué tenía suficiente dinero para hacerlo , qué dejará casa , amigos, familia, todo….….yo no solo tenía miedo, estaba completamente aterrada así que decidí terminar cualquier vínculo con él y no volverlo a ver….
Pasaron algunas semanas …hasta que volví a saber de él…
Un día por la noche su madre me llamo desesperada para decirme que Coco tenia días encerrado en su recamara tomando( y drogándose) con la música a todo volumen, sin bañarse y gritando a quien se atrevía a entrar, me aseguraba qué a la única persona que quería escuchar y ver era a mí y qué como madre me suplicaba qué lo fuera a ver….
Yo estaba muerta del miedo sin embargo algo me decía qué debía hacerlo después de enterar a mis padres del hecho y contarle a mi novio me apoyaron en mi decisión de visitarlo, con la condición de que ellos me acompañarían….así fue..
Jamás voy a poder olvidar el desolador panorama que vi cuando ingrese en aquella habitación qué más bien se había convertido en una cárcel de condenados a cadena perpetua o silla eléctrica…. El olor era desagradable, solo alumbraba una pequeña lámpara encima de un librero que estaba lleno de aviones a escala… no había un lugar dónde poder sentarse, estaba lleno de ropa, revistas, fundas de CDS, CDS, había 2 o 3 ceniceros rebosados de cenizas, el olor a humo asfixiaba, tenía un cuadro de ranas tirado en el piso que al entrar acabe de romper , cuando mire hacia abajo estaba encima de aquel cristal hecho trizas, la sensación fue muy desagradable tanto qué desde aquel hecho tengo una repulsión casi “patológica” por esos bichos no soporto verlos de ninguna forma y bajo ninguna circunstancias…me invade un miedo qué me paraliza.
Me quede parada mientras mis ojos lo buscaban alrededor…estaba en medio de aquel sub-mundo y no lo podía creer ..no demoro en salir de su baño con los ojos enrojecidos una playera verde rota y unos jeans en las mismas condiciones… un cigarro en la mano y como loco buscando su cajetilla. Para ese momento yo lloraba y le preguntaba que era lo qué estaba haciendo, le exigía qué me dijera porque me había mandado llamar para ver todo eso….
Dentro de sus variadas respuestas me dijo que me quería y qué yo podía sacarlo de aquello de nuevo, pero qué tenía que pagar un precio y terminar mi labor, que no podía dejarlo a la mitad del camino porque solo no podía. Lloro como solo saben hacerlo los niños desamparados y desesperados…Le dije muchas cosas todas refiriéndome a que yo no podía estar con él ( al menos no cómo el quería) porque no era para él… y porque él necesitaba mucho más qué una “mona como yo” para salir adelante; me grito qué si no había ido a ayudarlo me largará y así lo hice…Algo me decía que era la última vez que lo vería así es qué tratando de aliviar mi conciencia atine a decirle que lo quería y qué me pesaba no poder hacer más…..
Dos días después recibí una llamada de su padre dónde me informaba qué lo habían encontrado muerto en su habitación con una sobredosis de cocaína….no pude asistir a sus sepelio…su madre no me lo permitió y estaba en su derecho…Coco no murió por mí culpa, murió porque eso quería .Nadie se quita la vida si considera factible continuar viviendo y sólo lo hace cuando las exigencias a las que ha de hacer frente le resultan más indeseables e insoportables que la muerte misma. Que tales circunstancias se vean acompañadas frecuentemente por un estado depresivo no tiene nada de extraño (lo extraño, si acaso, sería lo contrario). Mas que la depresión sea un estado psíquico que acompañe con frecuencia al acto suicida no significa, necesariamente, que sea su causa: tal vez un individuo no se suicida porque está deprimido, sino que está deprimido porque no ve más alternativa que suicidarse.
Hoy hace 8 años qué el murió y sigo sintiendo un amargo sabor en la boca al recordar, no me siento culpable, no lo soy, pero hay cosas qué cuesta mucho olvidar….
Substraerse definitivamente de la sociedad y del mundo, de la vida, suicidarse, lejos de ser consecuencia de una alteración psíquica, puede ser visto como un acto dictado por la prudencia y por la razón; también un acto, seguramente, de vana e inútil protesta, porque, a fin de cuentas, es probable que uno siempre se suicide contra algo o contra alguien…por lo menos estoy segura que el de él no fué en mi contra......
"Un torturador no se redime suicidándose, pero algo es algo"